Un liderazgo eficiente puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso de una empresa, incluso, algunos autores entienden que la figura del «jefe», ya sea dirección general o mandos intermedios, representa la imagen de la empresa para los trabajadores.
Es por eso que, un liderazgo adecuado se relaciona no sólo con mayores índices de productividad sino también con la representación de la cultura y los valores, la satisfacción y el compromiso de los trabajadores.
El desarrollo de nuestro liderazgo es un proceso a medio-plazo para el que es aconsejable seguir un plan de acción apoyado con sesiones de acompañamiento y desarrollo.